Llevo muchos años trabajando en consultoría y después de todo ese tiempo estoy convencida de que todos somos vendedores en nuestra empresa. En mayor o menor grado todos mantenemos contacto con alguna persona de la empresa cliente, así que todos somos comerciales en cierto modo.
No es necesario tener apariencia de comercial al uso, hombre o mujer, enfundado en un traje, con un porta documentos o maletín en una mano y un móvil en la otra.
Seguro que con esta descripción ya tenéis la imagen de un comercial delante de vuestros ojos. Pues esa persona que según se presupone no es el único que vende porque no es el único quién tiene contacto directo con el cliente. Cierto es que su objetivo y misión en el día a día es vender pero no solamente la insistencia el tipo de producto u otras habilidades influyen en el éxito de la venta.
¿Os habéis parado a pensar un momento cómo se genera una opinión sobre cualquier asunto? Las respuestas pueden ser infinitas ¿En qué os fijáis antes?
Nuestro cliente tendrá en cuenta absolutamente todas las opiniones conocidas y además procurará tener contacto con la persona de dentro de la organización por sí puede obtener más información si cabe. Pero lo más valioso que percibirá de nosotros es nuestra actitud, el vocabulario que usamos cuando hablamos sobre nuestra empresa.
Si amigos, no podemos obviar que de una manera subliminal todos damos testimonio de lo que nos rodea. Hablamos de todo y opinamos sobre todo. Nuestro trabajo y por extensión la empresa en la que trabajamos es objeto de nuestras conversaciones con amigos, compañeros y conocidos.
Otra manera de fraguar la opinión sobre una empresa al margen de la imagen que pretende difundirse en los medios (web, redes sociales, etc.) es la calidad de atención que recibe el cliente, sea telefónicamente por email o en persona. Cualidades como amabilidad, atención a los detalles, cordialidad y formas educadas en la expresión pueden resultar vitales para que quieran trabajar con nosotros antes que con otra empresa.
Por desgracia nunca tendremos certeza absoluta en qué se basa el cliente para decidir a contratar nuestra empresa, ¿es porque le caen bien las personas con quién trata o por la dilatada experiencia de la empresa en la ejecución de proyectos de similares características?
Creo sinceramente que se tendrá en cuenta todo, tanto la cuestión económica como solvencia técnica serán justamente valoradas pero la balanca puede inclinarse a nuestro favor si el cliente se siente bien recibido y atendido en nuestros encuentros, sea en persona, telefónicamente o por mail.
Si somos conscientes y actuamos siguiendo unas sencillas directrices el resultado no se hará esperar.
Recordad, ser amable no cuesta nada pero puede resultar especialmente beneficioso.
Ewa Chaberska
MÉTRICA Consulting
[email protected]
1 comentário em “Todos somos comerciales”
buen artículo!!!!
Saludos de un antiguo empleado.
Alfonso Santos